Visitar Xochimilco, al sur de la ciudad de México, y no subirse a una pintoresca trajinera de madera adornada con flores para recorrer los 189 kilómetros de canales navegables (declarados en 1987 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO), es perderse de un trayecto mágico en el cual los turistaspueden elegir visitar la enigmática Isla de las Muñecas, fundada en los años 50 por el señor Julián Santana Barrera, quien optó por poner mulecas en diferentes partes de su chinampa para alejar así al espíritu de una joven mujer que murió ahogada a orillas de su terreno flotante, pues noche tras noche escuchaba pasos, voces y lamentos.
Don Julián, nativo del barrio
de la Asunción, comenzó a dar asilo a todas las muñecas que se encontraba
abandonadas en la calle, en los canales o en los basureros. Sin importarle si
les faltaba un brazo, una pierna, un ojo o si su vestimenta estaba rasgada, él
simplemente las recogía para posteriormente colgarlas en sus árboles o en algún
rincón de su choza hecha con ramas de ahuejote, chinami, zacatón y carrizo.
Sin proponérselo, Don Julián
pronto llamó la atención de personas que sintieron curiosidad por conocer su
isla, en donde se dedicaba a sembrar maíz y verduras.
Muñecas huérfanas
La tarde del 17 de abril de
2001, el señor de las muñecas fue encontrado ahogado en el mismo lugar donde
décadas atrás había fallecido la joven mujer. Don Julián había caído al canal
luego de sufrir un infarto. “Cuando lo encontramos ya no había nada que hacer”,
explica su sobrino “El Chope”. Aunque, cuenta la leyenda, una sirena fue la que
se lo llevó.
Tras el lamentable hecho, “El
Chope”, decidió hacerse cargo de la isla para que las muñecas no quedaran
huérfanas y para honrar la memoria de su tío, quien las quería como si fuesen
sus hijas pues él nunca se casó.
“Un día mi mujer enojada me
preguntó ¿las muñecas o yo? Me quedé con las muñecas porque nadie las iba a
cuidar. La verdad, a veces si me da miedo vivir aquí, no mucha gente aguantaría
pasar una noche. A veces escucho a mi tío caminar con su bastoncito. Hay gente
que dice que mi tío era brujo o curandero, el sólo era un campesino que se
quería proteger del mal y alejar las malas vibras”, explica “El Chope”.
Una codiciada isla
citadina
Actualmente, la Isla de
las Muñecas -que no cuenta con luz eléctrica- se mantiene de los donativos
de los visitantes, que por 10 pesos pueden recorrer el lugar, tomar fotos y
escuchar algunas escalofriantes historias que ya han sido escuchadas por
políticos, artistas y deportistas, tanto nacionales como extranjeros.
A pesar de la fama de esta
isla, que recibe a miles de turistas (30 por ciento nacionales y 70 por ciento
internacionales), las autoridades de Xochimilco no la han apoyado para
catapultarla como destino turístico, “sólo quieren beneficiarse, quitarme de aquí,
pero mejor solo”, comenta el ahora encargado de las muñecas.
Marcas como Bimbo, Cerveza Sol y Tequila Corralejo, propusieron a “El Chope” comprarle la isla pero se rehusó. “Hasta unos españoles me ofrecieron 150 mil euros, pero quieren cambiar lo tradicional de esta isla, quieren poner su logotipo y tenerme como empleado y no quiero eso, prefiero que la isla siga como hasta ahora, como una tradición y un lugar misterioso para visitar”.
Marcas como Bimbo, Cerveza Sol y Tequila Corralejo, propusieron a “El Chope” comprarle la isla pero se rehusó. “Hasta unos españoles me ofrecieron 150 mil euros, pero quieren cambiar lo tradicional de esta isla, quieren poner su logotipo y tenerme como empleado y no quiero eso, prefiero que la isla siga como hasta ahora, como una tradición y un lugar misterioso para visitar”.
La Moneca, la
consentida de Don Julián
Los visitantes forman parte
de esta tradición, comenta el único habitante de la isla, pues ellos son
quienes donan muñecas o les traen ropa nueva, como a la Agustinita o Moneca,
que era la muñeca preferida de Don Julián, quien la encontró un 28 de agosto
día de San Agustín.
Agustinita realiza milagros y
aleja las malas vibras, explica con devoción “El Chope”, “la gente se le
acerca le pone pulseritas o collares, le deja moneditas o billetes y le piden
cosas en secreto, cuando se los cumple, la gente regresa a agradecerle. Todo
para bien y nada para espanto”.
El tiempo no se detiene en la
Isla de las Muñecas, las telarañas, el polvo y los hongos van cubriendo
poco a poco los cuerpos de las muñecas, pero eso es lo que le da el toque
especial y lo que hace que más personas visiten este lugar único en su tipo.
Un futuro incierto
“Después de mi tal vez mi
sobrino se encargaría del lugar, pero es difícil saberlo. No quiero que se
pierda esta tradición. Deben ser solos porque con esposa no se puede”, explica
“El Chope”, quien cree que las muñecas son celosas y por eso no quieren que una
mujer viva en la isla.
Ya muchas chinampas de
Xochimilco están vacías, pero la historia de la Isla de las Muñecas ha
sido recopilada en reportajes hechos por Televisa, TV Azteca, Canal
11, Infinito, National Geographic, Discovery Channel y
People and Arts. Sin embargo, esto no significa que cuando “El Chope” la
isla continúe recibiendo a los visitantes, de ahí su preocupación porque
alguien siga cuidando el lugar por muchas generaciones más.
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