IHOP Vs. Panamá, una batalla de porciones y exquisitos sabores

"¡Panamá es como el IHOP Mexicano!", escuché decir con entusiasmo a una compañera de trabajo con la cual viajé a Mazatlán, Sinaloa hace un par de semanas. La verdad, nunca había ido a comer a ninguno de estos dos lugares, por lo que me resultó intrigante visitarlos y degustar su propuesta gastronómica.

Cuando conocí Panamá, una cadena de restaurantes bien posicionada en el norte de México, quedé gratamente sorprendida con su propuesta, servicio y precios. Así que a mi regreso, tocaba el turno de visitar IHOP (International House of Pancakes).

Un domingo por la tarde estaba caminando por el WTC y vi que había una sucursal de esta cadena americana de comida, conocida también por ser la Casa Internacional de los Pancakes, de los cuales también he oído maravillas. ¡Era el momento de corroborar lo que me compañera me había dicho!

El lugar es pulcro y el servicio que da el personal desde la entrada es amable y respetuoso. Para mi buena fortuna, no había tanta gente, así que me asignaron una mesa cercana a una de las pantallas que tienen, pues quería ver el partido de futbol que se estaba transmitiendo en ese momento.

Elegir no fue difícil pues ya tenía en mente comer una pechuga de pollo con alguna guarnición, así que al ver la imagen de la pechuga crujiente acompaña de verduras al vapor y puré de papás, no lo dudé. Y de postre, una deliciosa crepa de blueberry.

El menú del IHOP no es tan grande como el de Panamá, y ambos reflejan bien el tipo de comida que preparan, por un lado el IHOP ofrece platillos muy americanos, en tanto en Panamá se ofrece comida con un toque más casero y regional.

En ambas cadenas de restaurantes las porciones de los platillos son bastante considerables. Sin embargo, los precios difieren. En Panamá, pagué 140 pesos por un Desayuno Sureño (tiras de pollo sobre una cama de rajas con elote y queso; chilaquiles verdes a la crema y huevos al gusto), café y flan Panamá. En tanto, en IHOP pagué 230 pesos.

En ambos lugares quedas realmente satisfecho, el servicio es bueno y rápido. Eso si, ambas sirven alimentos altamente calóricos, pero en su menú también hay opciones light. 

Después de mi deliciosa travesía por estos dos restaurantes debo admitir que  me quedo con Panamá por el sabor tan hogareño de sus platillos y por el precio. ¡Lástima que no hay un Panamá en la Ciudad de México, sería todo un éxito!