La semana pasada tuve la oportunidad de conocer el bello puerto de Mazatlán, que por cierto, se prepara para dar vida a su tradicional carnaval (del 16 al 22 de febrero), el cual recorrerá la ciudad para llevar música, baile, alegría y diversión.
Lo primero que hice al llegar a la playa fue caminar a la orilla del mar para despejar mi mente. Sin embargo, minutos más tarde comenzó a darme hambre. Mientras caminaba, pregunté a cinco personas si había algún restaurante que me recomendaran, cuatro de ellas respondieron: Panamá.
No dudé en hacer caso a la recomendación de turistas y lugareños, así que decidí ir en busca del Panamá; tomé un camión que me cobró 6 pesos y cinco minutos después ya estaba afuera del sitio.
Cuando llegué había fila, pero tanto había escuchado de este restaurante y pastelería que esperé mi turno. Todos se veían alegres y satisfechos, un muy buen indicio.
El personal de Panamá es amable y eficiente, pero lo mejor de todo es el Menú, tan variado como los gustos de los comensales extranjeros y nacionales que lo visitan fervientemente.
Sureño: Rejilla de tiernas tiras de pollo sobre cama de rajas con elote y queso ricota, chilaquiles verdes a la crema, huevos revueltos o estrellados y frijolitos. $82 pesos.
Resulta que este restaurante es toda una tradición en Sinaloa y se remonta a la década de los setenta, cuando la tienda de abarrotes El Canal de Panamá se transformó poco a poco en un restaurante y pastelería, que sólo se quedó con el nombre de Panamá.
En la actualidad, Panamá es la cadena de restaurantes más grande del noroeste de México, con 24 sucursales en Mazatlán y Culiacán.
Combinación Golden: Dos mini wafles (hechos con la receta de la casa, cubiertos de fresas y plátanos en salsa de miel con mantequilla y canela, con nueces tostadas), papa rallada gratinada, tocino crujiente y huevos revueltos o estrellados. $86 pesos.
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