La noticia se corrió rápido en la oficina: "Hay unas tortas de chilaquil buenísimas que deben probar". ¿El lugar del que tanto hablan queda muy lejos de aquí?, pregunté. ¡Noooo, está bien cerquita, caminando llegas. Mira, te vas caminando toda la calle de Tamaulipas y en la esquina con Alfonso Reyes, ahí están, no hay pierde! respondió un compañero.
Y que llegó el día en que corroboré las virtudes de esas tortas. Había probado las tortas de tamal, mejor conocidas como "guajolotas", pero nunca una torta de chilaquil. Así que un viernes, un grupo de compañeros fuimos seleccionados para traer a la tropa dicho manjar mexicano.
Efectivamete, no hubo pierde, al llegar a la dirección previamente dada por mi compañero, observamos una fila de aproximadamente 20 personas, ansiosas por obtener su desayuno.
Doña Cata y su adolescente hija, son quienes normalmente atienden este pueso ambulante que inicia operaciones desde temprana hora. Su éxito es tal, que si a alguno se le ocurre adquirir una torta de chilaquil después de las 11 de la mañana, es casi seguro que se quedará con las ganas.
Después de un par de minutos, llegó nuestro turno, así que comenzamos la petición: ¡Tres de chilaquil rojo con pollo, tres de chilaquil verde con milanesa, uno de cochinita pibil y dos "light", nada más el puro chilaquil, uno verde y uno rojo, por favor!
Muy alegre y en chinga loca, Cata comenzó a preparar las tortas con todo y su quesito y cremita. ¡Ya merito salen!, dijo la despachadora, yo creo, al ver mi ansioso rostro por probar mi torta.
Llegamos a la oficina, repartimos los pedidos y nadie, absolutamente nadie, mencionó una palabra, todos se tomaron el tiempo necesario para saborear su torta. ¡Qué bonito! ¡Santo remedio para los periquitos que luego existen en las oficinas, cierren su piquito!
Yo hice lo propio, fui a mi lugar y ya con café en mano, comencé uno de los mejores rituales que existen: ¡Desayunar! Y para no hacer el cuento largo, me gustó tanto la tortita que la semana siguiente fui dos veces y cada vez que surge ese temible antojo, agarro mis respectivos 22 pesos y me voy directito a la Esquina del Chilaquil.
Uff!! Ya se me antojó una de chilaquiles verdes con pollo!! Tebdré que pasar antes de llegar a la chamba :P
ResponderEliminarEs muy recomendable :) ;) Ojalá nos puedas comentar ¿Qué te pareció? Saludos y gracias por visitar el blog :)
ResponderEliminarlas mejores tortas¡!
ResponderEliminarcomo 1 vez a la semana por lo menos
Si, uno se puede ser adicto casi al instante jejeje. Saludos MPgr ;)
ResponderEliminarSon las mejores tortas que he probado!!! :D
ResponderEliminarMmm ya se antojaron 😔 Lástima que vivo lejos si no por lo menos una vez a la semana 😋😋
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